miércoles, 25 de octubre de 2017

IMPORTANCIA DE LA PRÁCTICA EFECTIVA DEL INSTRUMENTO EN LA INTERPRETACIÓN MUSICAL


“Practica con tus dedos y necesitarás todo el día. Practica con mente, cuerpo y alma y lo podrás hacer en una hora y media” (Leopold Auer)

Luego de entrar en contexto por medio de las palabras del violinista, director y compositor húngaro, Leopold Auer, deseo iniciar mi reflexión haciendo las siguientes preguntas: ¿Qué está detrás de un gran futbolista?, ¿qué se halla detrás de una bailarina exitosa?, y ¿detrás de un músico brillante? No escatimaremos en responder, sin duda alguna, tiempo de práctica y entrenamiento. Pero, ¿se trata de una práctica cualquiera? ¿Nos hemos preguntado alguna vez de qué manera debemos practicar y orientar nuestro estudio?

Parece ser un hecho muy común que la mayoría de los estudiantes practican su instrumento de una manera descuidada, es decir, repitiendo este pasaje 15 veces, tocando esta pieza durante 30 minutos sin mayor detenimiento y practicando esta obra en modo automático (por ejemplo, nos detenemos cuando no nos gusta algo y repetimos hasta que suene mejor, continuamos hasta el próximo error, y así sucesivamente). Bajo este patrón de estudio el ejecutante no está desarrollando ni poniendo a prueba capacidad analítica-reflexiva alguna, no está generando consciencia en el proceso de aprendizaje y no está tomando un rol activo, creativo ni protagónico en su proceso de internalización de la obra.

Esta es la manera, de hecho, como podemos practicar una pieza por horas, días y semanas y sentir que no hemos logrado grandes avances. Con este modelo se fortalecen los hábitos y los errores no deseables, aumentando las posibilidades de cometer errores más adelante. El Dr. Noa Kageyama, psicólogo de la interpretación musical y profesor de Julliard School, menciona constantemente a sus alumnos que “la práctica no lo hace a uno perfecto sino que crea hábitos permanentes”. Es por ello que la práctica descuidada disminuye, además, la confianza en sí mismo, ya que una parte de nuestro ser se da cuenta de que no sabe realmente cómo producir los resultados deseados de forma consistente y permanente. En resumen, tendemos a practicar inconscientemente y queremos tocar en el escenario de una manera consciente, lo cual no es una receta muy lógica.

¿Qué sucede exactamente? Esta descuidada e ineficaz manera de estudiar no estimula la actividad del hemisferio izquierdo de nuestro cerebro (el hemisferio encargado de las palabras, los números, la lógica, el análisis, el criticismo y el juicio) durante la práctica, sino que le deja toda la carga al hemisferio derecho (encargado de los sonidos, las imágenes, los patrones, las funciones quinestésicas y sensoriales, las emociones, la libre asociación y la creatividad), por lo que tan pronto como nos subimos al escenario nuestro hemisferio izquierdo nos inunda con pensamientos sobre analíticos, con críticas, juicios, dudas y muchas cosas más que solo sirven para preocuparnos y generarnos inseguridad y nervios al momento de tocar. En definitiva, se rompe con el equilibrio deseable. En este sentido, el violinista Paul Kantor afirma que el salón de práctica debe ser, pues, un laboratorio donde uno puede jugar con ideas diferentes, musicales y técnicas, para ver qué combinación de ingredientes producen los resultados deseados. Así, en vez de un proceso inconsciente de ensayo y error, una práctica correcta es un “proceso de experimentación consciente y activo con objetivos e hipótesis claros”.-

Esto es, sin duda, una búsqueda personal. Sin embargo, algunos consejos para llevar a cabo esta práctica efectiva pueden ser:

  • establecer la duración de las sesiones de práctica tomando en consideración el tiempo en el que puedas estar totalmente concentrado
  • llevar un control de los objetivos que deseas alcanzar durante la práctica y de lo que descubres en ella (por ejemplo, tener una idea clara del sonido que quieres producir y trabajar en él, o de la articulación específica que quieres mejorar, etc.)
  • cuando un pasaje en particular no está saliendo no es necesario repetirlo infinitas veces sino establecer un modelo de resolución de problemas en el que seas capaz de identificar la naturaleza y la causa del problema y proponer posibles soluciones hasta reconocer e implementar la mejor solución. 
Otros consejos que no considero menos importantes están relacionados con la conexión consigo mismo, con nuestro ser interno, entre los cuales resalto:
  • la respiración consciente con el fin de invertir signos de estrés y ansiedad y liberar exceso de tensión en cada uno de los músculos del cuerpo; y el direccionamiento de la energía de todo el cuerpo hacia nuestro centro (la sensación de estar centrados y sin distracciones genera un estado de calma y seguridad que resulta ser muy positivo en el escenario).
Todas estas palabras, por supuesto, toman más sentido cuando lo experimentamos personalmente y cuando, por medio de las presentaciones en público, descubrimos la práctica efectiva que más se adapta a nosotros. Después de todo, la clave no es la cantidad de práctica sino el tipo de práctica que nos permita producir los resultados que queremos y poderlos obtener consistentemente cuando queremos.

Adriana Biaggi Quintero 
Cátedra de Piano




REFLEXIÓN



En esta oportunidad voy a regalar una reflexión.

Nuestro país está colmado de personas con muchas aptitudes para la música. Hay quienes prefieren dedicarse a hacer algo distinto por diversas razones. Sería interesante motivar a cada talento para que pueda obtener conocimientos y pueda desenvolverse de una manera profesional.

Esto lo podemos lograr incentivando a niños, adolescentes y adultos también a fijar atención en el lenguaje maravilloso y universal de la música. En el canto, por ejemplo, aparte de ayudarnos a respirar saludablemente y relajarnos, nos lleva a manejar un instrumento que involucra al cuerpo entero, tanto la parte física como la espiritual y eso se va a reflejar en el día a día.

Cada persona tiene un instrumento distinto y es allí lo fascinante. Hay variaciones en cuanto a edad, contextura física, la manera de “ver” lo que ocurre en cuerpo, lo que se piensa, cómo se valora, lo que se escucha, cómo se escucha, lo que se siente y cómo se siente. 

Cada característica se inmiscuye dentro de la técnica vocal, afinación, proyección, para conseguir expresar con comodidad y disfrutar plenamente al cantar que es la meta final.

Les exhorto a hurgar y atreverse a compartir talentos con el mundo.

¡Saludos!
Lisseth Barres
Cátedra de Canto Popular 



LA CONCIENCIA DEL SONIDO



El sonido conserva una cualidad ilimitada de poderes físicos que van más allá de la fluctuación de las partículas del aire, fenómeno que al convertirse en ondas mecánicas su presión genera una información sonora al medio donde se desarrolla y percibidas por nuestro cerebro. Podríamos hablar de la relación entre el cerebro y el sonido, los cuales tienen resultados benéficos para el ser humano pero, este ensayo pretende apuntar hacia como debemos entender y percibir el sonido con una conciencia musical y civil. 

Las ondas sonaras viajan de una manera impresionante, aunque no las podamos ver nuestros oídos reciben estas vibraciones prácticamente de inmediato al momento en que el cuerpo sonoro es excitado. Bien sabemos que no podemos evitar escuchar como dejar de ver con simplemente cerrar nuestros ojos. Por esta razón el sonido representa una responsabilidad ciudadana donde a todos nos pertenece su divulgación tanto como: Beneficios para la salud, estilo de vida, formas musicales, comportamiento físico, etc. 

Un ejemplo musical nos ayudaría a estudiar el comportamiento humano cuando escucha música en una escala de decibeles (la intensidad del sonido), muy elevada. Existen dos tipos de música: sintetizada y sin tratamiento. Normalmente la música comercial (en la radio) es una onda trabajada en un formato de un mismo decibel, es decir que no tiene una variación regular entre sus ondas (matices). 

Esto ocasiona en el cerebro humano una tensión que se puede drenar de diferentes formas depende del tipo de música que se está escuchando y del individuo. 

Estudios realizados en Francia en la semana del sonido arrojaron que, la música del momento juvenil específicamente estilos como: Rock, Pop, Electrónica, Rap, etc. Son frecuentemente escuchados a un nivel de volumen (decibeles) muy elevados y, al escucharse en grupos de personas la tensión a la cual el cerebro es sometida, indirectamente nos manda una señal inconsciente de generar violencia, incluso más bajo los efectos del Alcohol o las Drogas. Caracas es una ciudad muy ruidosa por consecuente el nivel de violencia es muy alto, se puede percibir el sonido desde varios aspectos a decibeles insoportables para el cerebro humano. 

Mi invitación y misión como Compositor, es predicar lo que está en juego cuando el volumen muy elevado o el ruido de las máquinas incluso de gritarnos, nos cubren con facilidad. Debemos percibir nuestro entorno saberlo escuchar y darle matiz a nuestra voz, la música clásica tiene cualidades positivas para el ser humano, debido a sus matices (varias intensidades) estimulan nuestro cerebro creando conexiones emocionales que llegan hasta nuestro más profundo ser, nuestras almas. 

Salomón Rojas 
Cátedra de Violín