“Cuando el aliento va y viene, la mente está inquieta, pero cuando el aliento se calma, también se calma la mente”.
¿Cómo respiramos…?
Si yo les preguntase sobre su respiración, ¿que podrían decirme? Sí, sí… ya sé, que respiran para vivir. Todos sabemos que nadie puede vivir sin respirar, pero ¿respiramos lo suficientemente bien como para tener una mejor calidad de vida…?.
Las diferentes formas de respirar nos van diciendo muchas cosas sobre nosotros mismos. Hay quienes respiran de una forma acelerada, otros que padecen apnea, otros, respiran lentamente.
La respiración significa mucho más que proveer oxígeno al cuerpo y eliminar residuos. La mayoría de nosotros los adultos no utilizamos la capacidad pulmonar completa. Recordemos que el aliento es vida, somos capaces de vivir sin alimento, incluso con muy poca agua durante días, pero si nos impiden respirar no sobrevivimos más que unos pocos minutos.
Observar la respiración nos ayuda a centrarnos, a relajar nuestra mente, a calmar la angustia y ansiedad que genera el aprender una pieza nueva y el estudio del instrumento en sí, nos da más tranquilidad y fortaleza para enfrentar los desafíos que se presentan en la vida. Por ello, es muy importante que también sintamos la respiración al practicar y tocar nuestro instrumento musical.
Cuando sentimos nuestra respiración, podemos manejar de mejor manera las emociones, nuestros miedos y temores disminuyen al inhalar y exhalar, tenemos más energía y al mismo tiempo más serenidad, la creatividad comienza a fluir por si misma, aumentamos nuestra capacidad de concentración, fortalecemos el sistema inmunitario y la salud en general mejora con este acto tan simple pero al mismo tiempo tan complejo y cambiante.
Cada día, antes de comenzar el estudio del instrumento, recomiendo practicar la respiración de la siguiente manera: inhalamos por la nariz y exhalamos por la boca (con la mandíbula relajada). Al inhalar, llevamos suave y relajadamente el aire al abdomen, sin forzar ni tensar, y al exhalar botamos el aire por la boca. Nos concentramos solamente en inhalar y exhalar. La clave de la respiración está en la exhalación, ya que cuanto más aire viciado se expele más aire fresco podrá inhalarse. Es como un juego, un ir y venir, un movimiento constante.
La respiración es todo un universo, se podrían llenar muchas páginas explicando todo lo que ella contiene. Por ende, mi verdadera intención al escribir este pequeño artículo, es hacer una invitación a que empecemos por tomar consciencia de nuestra respiración… ¿Y qué significa ser conscientes de la respiración?... Pues, simplemente observarla, sentirla. Se trata de sentir la expansión de nuestro pecho, de nuestros pulmones, en la inspiración, y su contracción, al expulsar el aire. Sentir en nuestra nariz el frescor del aire cuando entra y su calor cuando sale. Captar el olor del aire que respiramos, tan limpio en la montaña, tan contaminado en la ciudad, tan húmedo junto al mar. Notar el dolor en el entrecejo cuando la respiración ha sido forzada. Sentir su frecuencia: la agitación que acompaña al estrés, al aturdimiento, la lentitud que sigue al silencio de la mente, sentir el caudal de aire entrando a nuestros pulmones y la ENERGÍA VITAL, el aliento de la vida, entrando dentro de nosotros por medio de la respiración. Sentir el aire como algo sagrado, como una fuente de vida, una herramienta de nutrición y transformación. Esto es: vivir plenamente la respiración.
Los invito a que lo pongan en práctica para sí mismos en cualquier momento y en cualquier circunstancia, y juntos ayudemos a los más pequeños a que también tomen conciencia de su Energía Vital.
Para finalizar, recuerden que: si mi mente está serena, podré enfrentar todas las circunstancias de la vida, las “buenas” y las “menos buenas”.
Rosselyn Marcano
Profesora de Piano